Desde 1903, al separarse de Colombia, Panamá es República Independiente y Estado Soberano. Su primer presidente,
el doctor Manuel Amador Guerrero, bajo las presiones del cónsul de Estados Unidos y de la burguesía comercial,
llegó a disolver el ejército nacional y entrega sus armas al ejército norteamericano. Con los pocos oficiales
que quedaban en servicio activo, formó un Cuerpo de Policía Militar con funciones muy limitadas y con escaso
poder disuasivo.
En 1935, el coronel Manuel Pino reestructuró totalmente la Policía Nacional, proporcionándole una armazón
sólida y estable, consiguiendo disciplinar al país, confiriéndole una mística a los hombres que conforman
las unidades, y llegando incluso a lograr un presupuesto para la Policía Nacional.
Mediante la Ley 20 del 29 de septiembre de 1983 se crean las estructuras en las cuales se fundamentó la
organización y el funcionamiento de las Fuerzas de Defensa de la República de Panamá.
Como resultado de la invasión norteamericana del 20 de diciembre de 1989, el nuevo gobierno organizó la Fuerza
Pública del Estado Panameño, con la misión de brindar protección a la vida, honra y bienes de los nacionales
donde quiera se encuentren y de los extranjeros bajo la jurisdicción de su territorio. Se designó al cargo de
jefe policial al Coronel Roberto Armijo.
Uno de los hitos más importantes de la Policía Nacional en la década del noventa fue la promulgación de
la Ley No. 18 del 3 de junio de 1997, que sienta las bases de la Institución, frente a sus responsabilidades
ante una nación democrática, subordinándola explícitamente al poder público legítimamente constituido.
Mediante la Orden General del Día No. 161, con fecha del 24 de agosto de 2000, fue instituido el 14 de abril
de cada año como "El Día del Policía", con base en la ley No. 28 del 28 de enero de 1937 que aspiraba a honrar
la labor de los policías.
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